Con el objetivo de brindar capacitación a investigadores de los INIA’s, del 13 al 17 de septiembre, se llevó adelante el Curso de Diseño y Escritura de Proyectos de Investigación Competitivos organizado por FONTAGRO.
El mismo fue desarrollado por Gustavo Slafer (ICREA, Universidad de Leida), Eugenia Saini (Secretaria Ejecutiva, FONTAGRO), Katerine Orbe (Administradora y Especialista de Operación y Programación, FONTAGRO) y Alexandra Manunga Rivera ( Administración y Presupuesto, FONTAGRO) y estuvo dirigido a investigadores de Institutos de Investigación de Latinoamérica.
Para dar inicio al curso, Eugenia Saini dió la bienvenida a los 25 investigadores de distintos países de América Latina y Caribe que participaron de la capacitación.
Después, realizó una presentación institucional de FONTAGRO y expresó: “Desde 1998, FONTAGRO funciona como un mecanismo de cooperación. En ese momento, el BID decidió crear un fondo de capital para apoyar la ciencia y el desarrollo de tecnología conjuntamente con el IICA en América Latina, Caribe y España, representados por los Institutos de Investigación de los países miembros. Hoy tenemos alianzas con FAO, Nueva Zelanda, Alianza Bioversity International – CIAT y esperamos que se sumen muchas más”. Luego agregó “FONTAGRO cofinancia proyectos para mejorar la competitividad del sector, construir redes y ampliar el ecosistema de innovación con actores públicos y privados”.
Hablando a los participantes del curso, Saini resaltó la importancia de conocer la filosofía y puntos estratégicos del ente financiador a la hora de presentar un proyecto; además, subrayó la relevancia de conocer qué otros proyectos están trabajando en la misma temática.
Iniciando directamente en el desarrollo del curso, Gustavo Slafer dijo “Si sabemos lo que buscan los evaluadores, es más fácil lograr el éxito de financiamiento de nuestro proyecto”. En la introducción, el investigador explicó por qué preparar proyectos como parte integral del proceso de investigación.
Luego, relató cómo se evalúan los proyectos según criterios y aspectos administrativos, científico/tecnológicos y de impacto esperable. También indicó, quienes son los evaluadores y cuánto saben de mi proyecto y que esperan los organismos de financiación que los evaluadores hagan. “Entender quienes nos evalúan y cómo lo hacen, nos ayuda a preparar y escribir mejor el proyecto”, subrayó.
Otro punto fundamental que abordó Slafer son los aspectos claves y las mejores estrategias para elaborar un proyecto competitivo, destacando los ítems que los evaluadores considerarán a la hora de valorar las propuestas, deteniéndose en contenidos centrales, tales elementos introductorios, objetivos, hipótesis, metodología, productos, referencias bibliográficas y evidencias de idoneidad. En ese sentido mencionó “Los evaluadores son la única audiencia para la que escribimos nuestra propuesta. Nunca hay una segunda oportunidad de generar una buena primera impresión. La brevedad es muy valiosa, se valorará la capacidad de síntesis y eso tiene que ver con el meta-mensaje, si no se es claro siendo breve, significa que uno no lo tiene claro”.
El investigador fue muy categórico en advertir la importancia de documentar la brecha de conocimiento que el proyecto pretende construir, “este es un elemento crítico para que el proyecto sea competitivo”, subrayó. Además, indicó que la propuesta debe tener coherencia en todo su desarrollo, todo tiene que estar perfectamente alineado y justificado antes de enviarlo, por otro lado, los productos entregables tienen que ser tangibles y verificables.
En cuanto a la viabilidad de un proyecto, el investigador recomendó realizar un diagrama de Gantt para graficar lo que dijimos que íbamos hacer en el tiempo que dura el proyecto, definiendo responsabilidades, tiempo y recursos justificando los fondos de la contrapartida.
Algo no menor que apuntó, es el impacto del proyecto, qué ventajas o aportes traerá en el largo plazo, más allá del período de financiación. “El proyecto que tenga la idea claramente justificada con un impacto importante y sostenible será el más competitivo”.
La siguiente instancia del curso se enfocó en los perfiles y la elaboración de propuestas FONTAGRO, diseccionando los documentos a presentar y discutiendo que debe haber en cada apartado y como escribirlo adecuadamente, considerando los formatos y requisitos de convocatorias FONTAGRO.
Para ello, Eugenia Saini explicó cómo presentar un proyecto FONTAGRO, la estructura y sus propios términos de referencia, en ese sentido remarcó “tengo que definir de antemano qué quiero hacer y con quién lo tengo que hacer, conformar equipos con antecedentes y constituir una red de trabajo antes de presentar la propuesta”, y agregó que “el líder del proyecto se tiene que ponerse el sombrero de gerente y gestionar con los técnicos y responsables financieros del instituto de investigación; es muy importante sumar a economistas para definir el impacto del proyecto”.
Saini habló de la relevancia de tener muy claro lo que dice el Manual de Operaciones de FONTAGRO, el Manual de Gestión de Conocimiento y las políticas del BID para no llevarse sorpresas en el camino.
Pasando a la Gestión financiera de los Proyectos FONTAGRO, Alexandra Manunga Rivera habló de aspectos claves sobre la capacidad de las instituciones para definir los funcionarios designados, la capacidad legal para la firma de convenios de co-ejecución y de abrir una cuenta única en dólares para recibir y enviar dinero de contrapartida del y hacia el exterior. También dió detalles de la planificación y ejecución financiera, las categorías de gastos y cuáles son elegibles y cuáles no. Antes de cerrar, resaltó que todos los proyectos tienen que contratar una auditoría externa durante todo su ciclo de vida.
Retomando algunos conceptos vertidos por Slafer, Katerine Orbe se refirió a la matriz de marco lógico, en esa línea expresó “el objetivo principal debe reflejar el cambio que se quiere impulsar con el proyecto, el objetivo específico, tienen que contribuir a cumplir el objetivo principal, y las actividades deben estar atados a responder el objetivo específico”. Después profundizó en la matriz de los resultados y productos entregables durante el ciclo de vida de los proyectos, los cuales tienen que estar, nuevamente, alineados con los objetivos, tienen que ser justificados y cuantificados.
Por último, con material aportado por los participantes de proyectos propios, se realizó un ejercicio de discusión profundizando, en casos concretos, los contenidos brindados en el curso y atendiendo las inquietudes de los asistentes.
Tras 5 días de capacitación, Gustavo Slafer, Eugenia Saini, Alexandra Manunga Rivera, Katerine Orbe, brindaron a 25 investigadores de los países de Latinoamérica herramientas sólidas para la elaboración de proyectos de investigación exitosos y competitivos.
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Sobre FONTAGRO
FONTAGRO se creó en 1998 con el propósito de promover el incremento de la competitividad del sector agroalimentario, asegurando el manejo sostenible de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en la región. El objetivo de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología e innovaciones agropecuaria en América Latina y el Caribe y España, e instituir un foro para la discusión de temas prioritarios de innovación tecnológica. Los países miembros son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En los últimos 25 años se han cofinanciado 195 plataformas regionales de innovación agropecuaria por un monto de US$139.7 millones, que ha alcanzado a 1809 instituciones y 35 países a nivel mundial.